jueves, 25 de febrero de 2016

Terapia con animales.

¿Por qué el perro labrador es tan terapéutico?

  • La personalidad de esta raza ha convertido a sus ejemplares en un elemento valioso en el tratamiento de enfermedades humanas

  • En esas tres cualidades está la explicación a la primera cuestión

    Perseverante: un labrador raza vez abandona su objetivo. Para hacerlo tiene que ser obligado o llegar al convencimiento de que allí no está lo que busca. Esta virtud es la que le convierte en un gran complemento en la búsqueda, por ejemplo, de droga, dinero o de sustancias de todo tipo. No es el olfato su mejor virtud, aunque lo tenga tan poderoso como cualquier can, pero como le dé el tufo, no parará hasta encontrar lo que le llama la atención. De la misma manera, como note que su amo está triste se acercará a él para, a su manera, intentar animarle. Y a su manera significa: «dame mimos, acaríciame, diviértete, juega conmigo»

    Delicadeza, que también puede entenderse como paciencia. El labrador es el perro perfecto para estar con niños porque siempre es condescendiente con ellos. Y, por la misma razón, es el ideal para dejarse atender por personas mayores. Nunca tiene prisa, nunca se impacienta, nunca entiende nada como una agresión. La inteligencia natural de esta raza, que le permite aprender muchos trucos con apenas unos meses de edad -date una vuelta por youtube y lo comprobarás-, provoca que cuando recibe una orden sea incapaz de incumplirla hasta que se le diga que lo haga. Y si le dicen que esté tumbado mientras es ateclado por un grupo de personas, por ejemplo, así estará mientras su dueño no le indique que se levante.

    Ausencia de sentido del dominio. El labrador puede ser en ocasiones dominante con otras razas, pero nunca lo es con el ser humano. Es inaudito verle gruñir o ladrar a una persona. Esa ausencia de sentido de la posesión tiene su parte mala, claro, ya que le convierte en un animal poco menos que inútil para la guarda y defensa; pero a cambio otorga la enorme tranquilidad de garantizar que el perro no provocará un altercado ni alterará a los humanos que le rodean.



Esta entrada me parece interesante para hablar de nuestro perro terapéutico, que es un labrador, Duke.
Decir que desde el punto de la animación enseña a tener obligaciones y crea vínculos animal-persona o entre personas y ayuda a socializar y a expresar sentimientos de otras maneras.
Sacarle a pasear aporta frescura a los usuarios y pueden relacionarse con la comunidad fuera de la residencia, viendo también los cambios que traen las diferentes estaciones y los cambios en edificios, etc...

2 comentarios:

  1. Hola compañer@! Me llamo Diego, soy alumno de 1º de Animación. Me ha encantado esta entrada, yo también creo en el poder de los animales para hacer terapia con ellos. A veces demuestran más sensibilidad y cariño que muchos humanos. Es una suerte que tu Resi tenga a Duke. ¿has podido comprobar en directo algún gesto del perro hacia alguno de los abuelitos?. Invitarte, si te apetece a que veas mi blog “oasis de la cultura” gracias y un saludo ;)

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    1. Hola¡ Los animales sin lugar a duda son mas fieles que las personas y en este caso Duke no podía ser menos y busca sus caricias incluso algunos residentes le pegan porque no les gustan los animales y el nunca hace nada. Por las mañanas a primera hora sabe a quien ir a dar los buenos días y llora si no le acercas a las personas con las que quiere estar... Luego estoy yo que alguna mañana me escucha llegar y sale corriendo a recibirme.
      Un saludo¡

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